Los primeros años de vida de un niño forman la base de su futuro. Para bebés y niños pequeños de entre seis meses y tres años, una nutrición adecuada no solo es vital para el crecimiento, sino también para desarrollar resiliencia, fortalecer el sistema inmunológico y promover el bienestar a largo plazo.
El Programa de Nutrición en la Primera Infancia de Feed the Hungry San Miguel ayuda a construir esa base esencial. Cada despensa entregada y cada taller o visita domiciliaria reflejan el compromiso continuo de apoyar a los niños durante la etapa más crítica de su desarrollo. Los últimos dos meses han sido un periodo de crecimiento, mayor acercamiento con las familias y una comprensión más profunda de la realidad nutricional en la primera infancia.
Ampliando nuestro alcance donde más
importa
El Programa de Nutrición en la Primera Infancia atiende actualmente a 19 comunidades rurales y
beneficia a 203 niños y cerca de 200 madres. Comunidades como Peña Blanca, Clavellinas y
Alonso Yáñez siguen teniendo el mayor número de familias inscritas, lo que refleja tanto el nivel
de necesidad como la fuerte participación de los cuidadores.
Durante septiembre, el programa realizó un amplio ciclo de estudios socioeconómicos y visitas domiciliarias. Estas evaluaciones consideraron las condiciones del hogar, acceso a los alimentos, nivel de vulnerabilidad y el bienestar materno. Este riguroso proceso de acreditación garantiza que las familias que reciben apoyo sean aquellas que enfrentan el mayor riesgo nutricional durante la primera infancia.
Dos comunidades, San Isidro de la Cañada y Angostura, fueron transferidas al Programa de Alimentación Extendida cuando disminuyó el número de bebés elegibles. Este ajuste permite que el Programa de Nutrición en la Primera Infancia permanezca enfocado exclusivamente en los niños que requieren intervención temprana.
Un panorama claro de la nutrición en la primera infancia
En septiembre y octubre, se llevó a cabo el ciclo semestral de mediciones antropométricas de los
niños inscritos. Estas evaluaciones detalladas consideran peso, talla, circunferencia braquial
media, circunferencia cefálica, pliegue cutáneo tricipital y signos clínicos visibles de deficiencias
nutricionales.
Los resultados ofrecen una mirada honesta y realista al estado nutricional de los niños más pequeños de nuestras comunidades rurales.
Resultados de 194 niños medidos:
- 42 por ciento se encuentra dentro de rangos nutricionales normales
- 14 por ciento presenta desnutrición leve
- 19 por ciento presenta desnutrición moderada
- 10 por ciento presenta desnutrición severa
- 10 por ciento está en riesgo de desnutrición
- Un pequeño porcentaje muestra señales tempranas de sobrealimentación
Estos datos revelan que más de la mitad de los niños del programa están desnutridos o en riesgo de desnutrición. Las nutriólogas también documentaron indicadores comunes como cabello quebradizo o seco, leuconiquia (manchas o decoloración en las uñas), piel agrietada, mala higiene bucal y episodios frecuentes de enfermedades respiratorias o gastrointestinales. Estos signos subrayan la complejidad de los desafíos que enfrentan muchas familias.
Cada caso de desnutrición moderada y severa ahora cuenta con un plan de seguimiento personalizado, con monitoreo cercano y orientación para las madres y cuidadores.
Despensas nutritivas diseñadas para generar
impacto
Cada mes, las familias reciben una Despensa de Primera Infancia cuidadosamente diseñada que
mantiene un costo máximo de 250 pesos y garantiza un alto valor nutricional. Estas despensas están equilibradas para incluir cantidades adecuadas de proteína, fibra, vitaminas y minerales, y toman en cuenta la disponibilidad estacional.
Una despensa típica incluye granos como arroz, pasta y trigo inflado; leguminosas como frijol negro y lentejas; leche como fuente de proteína de origen animal; y frutas y verduras frescas como plátano, melón, zanahorias, pepino, calabaza y chayote.
En septiembre se entregaron 336 despensas y en octubre 434. El aumento refleja tanto el crecimiento en la inscripción al programa como las mayores necesidades de los hogares. A partir de octubre, el equipo de nutrición comenzó a preparar todas las despensas en el Centro de Distribución de Feed the Hungry para mejorar el control de calidad, coordinar mejor con el equipo de Operaciones y apoyar niveles de producción que van de 400 a 950 despensas cada mes, según el calendario de entregas.
Talleres que empoderan a las madres y fortalecen a las familias
La educación es un componente fundamental del Programa de Nutrición en la Primera Infancia. Durante septiembre y octubre, el equipo facilitó más de 20 talleres y actividades interactivas para madres y cuidadores. Estos talleres están diseñados para ser participativos, accesibles y prácticos, de manera que los asistentes adquieran habilidades que puedan aplicar de inmediato en casa.
Los temas incluyeron vitaminas y micronutrientes, prácticas de hidratación mediante el modelo de la “Jarra del Buen Beber”, composición correcta de la dieta, alimentos funcionales, fibra y digestión, nutrición durante el embarazo, lactancia, alergias alimentarias y prevención de la desnutrición. Muchos talleres incluyeron demostraciones de cocina, juegos interactivos, representaciones teatrales y dinámicas colaborativas.
Comunidades como Clavellinas, Campana, Nuevo Pantoja y San Francisco mostraron especialmente fuerte participación y entusiasmo. Estos momentos de aprendizaje fortalecen a las familias y generan hábitos positivos que perduran más allá de cualquier entrega de despensa.
Profesionalismo y compasión detrás de cada
visita
Seguimos fortaleciendo y perfeccionando los procesos operativos del programa. Las nutriólogas y pasantes están ahora completamente capacitadas para certificar estudios socioeconómicos y realizar mediciones antropométricas con precisión y cuidado. La preparación de las despensas dentro de nuestras instalaciones ha mejorado la eficiencia y coordinación. Las visitas domiciliarias y seguimientos comunitarios están reforzando la confianza y el compromiso a largo plazo con las familias.
Esta combinación de experiencia profesional y acompañamiento compasivo es lo que hace que el programa sea verdaderamente transformador para las comunidades rurales.
Mirando hacia adelante con propósito
En los próximos meses, el Programa de Nutrición en la Primera Infancia se enfocará en el seguimiento individualizado de todos los casos de desnutrición moderada y severa, además de ampliar los talleres sobre prevención de la desnutrición y hábitos de higiene. El equipo continuará evaluando el aprendizaje de las madres y cuidadores, y realizará una segunda ronda de mediciones antropométricas en un plazo de seis meses para monitorear el progreso y actualizar los planes de intervención.
Este trabajo se basa en una convicción simple. Invertir en la primera infancia es una de las maneras más poderosas de promover la salud, prevenir la desnutrición y fortalecer el futuro de cada comunidad que atendemos.
Juntos, estamos nutriendo futuros
El Programa de Nutrición en la Primera Infancia es posible gracias a la generosidad de donantes,
aliados y voluntarios. Su apoyo asegura que los bebés y niños pequeños de las zonas rurales de
San Miguel comiencen la vida con nutrición, dignidad y la promesa de un mañana más
saludable.
Gracias por ser parte de esta misión y por ayudarnos a fortalecer a nuestras comunidades, una despensa, un taller y una familia a la vez.


